Leer cuentos con los hijos es una hermosa costumbre y actividad que no pasa de moda y aprender el popular y conocido cuento los tres cerditos en portugués puede ser muy divertido y emocionante tanto para niños como adultos. Y es que motivar a los más pequeños al aprendizaje de un idioma nuevo necesita de esfuerzos y es por eso es que hay que encontrar algo que los interese y a la misma vez conozcan y disfruten.
El cuento de los tres cerditos en portugués puede ser una excelente practica para realizar en los ratos libres o antes de irse a dormir, y existe la posibilidad de encontrarlos en audio en ese idioma para mejorar la pronunciación.
Leer es una actividad que no necesita gastar dinero y nos aleja de las preocupaciones y de la adicción por los teléfonos celulares y la tecnología, es algo relajante para disfrutar y compartir. Los cuentos como el de los tres cerditos ha pasado de generación en generación y es uno de los favoritos de todas las edades así que aquí te lo dejaremos para que lo puedan disfrutar.
Los tres cerditos, cuento para niños en portugués
LOS TRES CERDITOS (Español)
Al lado de sus padres , tres cerditos habían crecido alegres en una cabaña del bosque. Y como ya eran mayores, sus papas decidieron que era hora de que construyeran , cada uno, su propia casa.
Los tres cerditos se despidieron de sus papas, y fueron a ver como era el mundo.
El primer cerdito, el perezoso de la familia , decidió
hacer una casa de paja. En un minuto la choza estaba ya hecha. Y entonces se fue a dormir.
El segundo cerdito , un glotón , prefirió hacer la cabaña de madera. No tardo mucho en construirla.
Y luego se fue a comer manzanas.
El tercer cerdito , muy trabajador , opto por construirse una casa de ladrillos y cemento.
Tardaría mas en construirla pero estaría mas protegido. Después de un día de mucho trabajo, la casa quedo preciosa. Pero ya se empezaba a oír los aullidos del lobo en el bosque.
No tardo mucho para que el lobo se acercara a las
casas de los tres cerditos. Hambriento , el lobo se dirigió
a la primera casa y dijo:
– ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!.
Como el cerdito no la abrió, el lobo soplo con fuerza, y derrumbo la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, salio corriendo y entro en la casa de madera de su hermano.
El lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamo a la puerta, y dijo:
– ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!
Pero el segundo cerdito no la abrió y el lobo soplo y soplo, y la cabaña se fue por los aires. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su otro hermano.
Pero, como el lobo estaba decidido a comérselos, llamo a la puerta y grito:
– ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplare y tu casa tirare!
Y el cerdito trabajador le dijo:
– ¡Soplas lo que quieras, pero no la abriré!
Entonces el lobo soplo y soplo. Soplo con todas sus fuerzas, pero la casa ni se movió. La casa era muy fuerte y resistente. El lobo se quedo casi sin aire.
Pero aunque el lobo estaba muy cansado, no desistía.
Trajo una escalera , subió al tejado de la casa y se
deslizo por el pasaje de la chimenea. Estaba empeñado en entrar en la casa y comer a los tres cerditos como fuera. Pero lo que el no sabia es que los cerditos pusieron al final de la chimenea, un caldero con agua hirviendo.
Y el lobo , al caerse por la chimenea acabo quemándose con el agua caliente. Dio un enorme grito y salio corriendo y nunca mas volvió.
Así los cerditos pudieron vivir tranquilamente. Y tanto el perezoso como el glotón aprendieron que solo con el trabajo se consigue las cosas.
OS TRÊS PORQUINHOS (Portugués)
Junto aos seus pais, três porquinhos haviam crescido alegres numa cabana na floresta. E como já eram maiores, seus papais decidiram que já era hora de cada um construir a sua própria casa.
Os três porquinho se despediram de seus papais e foram a ver como era o mundo.
O primeiro porquinho, o preguiçoso da família, decidiu fazer uma casa de palha. Em um minuto a palhoça estava já feita. Então ele foi dormir.
O segundo porquinho, um guloso, preferiu fazer a cabana de madeira. Não demorou muito em construí-la. E logo foi comer maçãs.
O terceiro porquinho, muito trabalhador, optou por construir uma casa de tijolo e cimento.
Demoraria mais em construí-la, porém estaria mais protegido. Depois de um dia de muito trabalho, a casa ficou preciosa. Porém já se começava a ouvir os uivos do lobo na floresta.
Não demorou muito para que o lobo se aproximasse às casas dos três porquinhos. Faminto, o lobo se dirigiu à primeira casa e disse:
– Abra-me a porta! abra-me a porta ou soprarei e sua casa derrubarei!
Como o porquinho não a abriu, o lobo soprou com força, e derrubou a casa de palha. O porquinho, tremendo de medo, saiu correndo e entrou na casa de madeira de seu irmão.
O lobo o seguiu, e diante da segunda casa, chamou à porta e disse:
– Abra-me a porta! Abra-me a porta! Ou soprarei e sua casa derrubarei!
Porém o segundo porquinho não a abriu e o lobo soprou, soprou e a casa foi aos ares. Assustados, os dois porquinhos correram e entraram na casa de tijolos de seu outro irmão.
Porém, como o lobo estava decidido a comê-los, chamou à porta e gritou:
– Abra-me a porta! Abra-me a porta! Ou soprarei e sua casa derrubarei!
E o porquinho trabalhador lhe disse:
– Sopras o quanto quiseres, porém não a abrirei.
Então o lobo soprou e soprou. Soprou com todas as suas forças, mas a casa nem se moveu. A casa era muito forte e resistente. O lobo ficou quase sem ar, porém ainda que o lobo estivesse muito cansado, não desistia.
Trouxe uma escada, subiu o telhado da casa, e deslizou pela passagem da chaminé. Estava empenhado em entrar na casa e a comer os três porquinhos lá fora.
Porém o que ele não sabia era que os três porquinhos puseram ao final da chaminé, um caldeirão com água fervendo.
E o lobo, ao cair pela chaminé, acabou queimando-se com água quente. Deu um enorme grito, saiu correndo e nunca mais voltou.
Assim os porquinhos puderam viver tranquilamente. E tanto o perigoso quanto o guloso aprenderam que só com o trabalho se consegue as coisas.